martes. 23.04.2024

Hagan juego señores, no va más

Los acontecimientos desarrollados durante la Q3 del sábado y la carrera del domingo nos dejan por delante un final de temporada a la altura de los vividos en el 89 y el 90 entre Ayrton Senna y Alain Prost. Y es que, salvando las distancias entre las dos parejas de pilotos, porque Max Verstappen aún no ha sido campeón del mundo, la lucha fratricida entre él y Lewis Hamilton ha devuelto a la Fórmula 1 a la primera página de la prensa no especializada de todo el mundo.

Ni el mismísimo Alex Pina, creador de series como “La casa de papel” o “El embarcadero”, podría haber ideado un fin de semana tan loco y complejo como el vivido en Arabia Saudí. Los acontecimientos desarrollados durante la Q3 del sábado y la carrera del domingo nos dejan por delante un final de temporada a la altura de los vividos en el 89 y el 90 entre Ayrton Senna y Alain Prost. Y es que, salvando las distancias entre las dos parejas de pilotos, porque Max Verstappen aún no ha sido campeón del mundo, la lucha fratricida entre él y Lewis Hamilton ha devuelto a la Fórmula 1 a la primera página de la prensa no especializada de todo el mundo, con cifras de audiencia en televisión de pago por encima incluso del fútbol. Pero, ¿cómo hemos llegado a esto si a falta de cuatro carreras el holandés aventajaba en 19 puntos al británico y era el único aspirante al cetro mundial? Analicemos esto un poco.

El chico rebelde de Hasselt es sin duda uno de los mejores talentos que hemos visto al volante en este deporte que tanto amamos. Sin embargo, falta mucho aún para poder decir que es uno de los mejores pilotos que han participado en la Fórmula 1. ¿Por qué? Pues muy fácil, porque para ser el mejor no sirve solo con ser rápido, o tener ese hambre de victoria que tiene el holandés. Hay que demostrar además en la pista que uno sabe calcular los riesgos, sabe cuándo superar a sus rivales, y sabe elegir los momentos, y eso, por el momento, no lo ha demostrado el hijo de Jos.

El piloto de la bebida energética atesora en la actualidad 19 victorias en grandes premios en las siete temporadas que lleva pilotando en la Fórmula 1 desde que debutó en 2015 con Toro Rosso. Y salvo que el próximo fin de semana se lleve el título, será el piloto con más triunfos sin corona mundial, aventajando en tres victorias a Stirling Moss. En concreto son 17 los pilotos que se han llevado un entorchado mundial con menos victorias en su casillero.

Y es que parece que sus 24 primaveras no le han permitido aún alcanzar esa madurez necesaria para lograr ser campeón del mundo. Y no se equivoquen, ahora mismo Verstappen es el máximo favorito a lograr el domingo en Abu Dabi la corona mundial por una razón fundamental. Y es que, aunque lleguen empatados, en el caso de que ninguno termine la carrera, él será el nuevo campeón por haber logrado nueve triunfos este año frente a los ocho de Hamilton, aunque uno de ellos haya sido el de la pantomima de Spa Francorchamps. Sería triste que esa decisión absurda de la FIA de configurar un podio en Bélgica para repartir la mitad de los puntos termine inclinando la balanza de quien es el campeón este año.

 

 

Pero volvamos al ídolo de la hinchada naranja. Verstappen llegaba a Arabia Saudí con la primera bola de partido de su carrera, y realmente la desperdició el sábado en la Q3. Tras una vuelta de locura, en la que luego pudimos ver al mismísimo Fernando Alonso alucinando mientras que él se encontraba en el corralito con las televisiones, el Red Bull del holandés se estampó en la última curva de las 27 que tiene el nuevo circuito de Jeddah. En ese momento la pantalla de su volante le marcaba, antes de la fatídica frenada, que ya aventajaba a Hamilton en dos décimas y media, margen más que suficiente para haber eliminado los riesgos.

Ahí es cuando decimos que aún no ha demostrado que puede ser campeón. Hace poco, charlando con un excompañero del periódico me decía que había cuatro o cinco pilotos de la actual parrilla capaces de ser campeones con el Mercedes de Hamilton, algo que yo negué rotundamente, y el caso de Max es un ejemplo de ello. Aunque sé que lo más probable es que dentro de una semana tenga que estar escribiendo que el chico de oro de Christian Horner es el nuevo campeón, han sido muchos los actos vistos en Jeddah que me impiden verlo como un auténtico campeón.

Dicho de otra manera. Alguien tiene que domar la bestia que el holandés lleva en su interior, y que su padre ha hecho crecer estos 24 años. Y no será porque tanto Horner, como Helmut Marko lo han intentado los siete años que lleva vinculado al imperio de Dietrich Mateschitz. Y precisamente ahí es donde probablemente radique parte del problema. El hecho de que el conglomerado de Red Bull no fuese tan fuerte en la segunda mitad de la década pasada como lo fue en la primera, y que se encontraran de repente con un diamante en bruto que podía coger las alas y volar a otro nido cuando quisiera, probablemente les hizo recapitular y tratarlo con una consideración que nunca han tenido sus compañeros de garaje, ni en Toro Rosso, ahora Alpha Tauri, ni en Red Bull. Si Horner y Marko hubieran sido algo más duros, probablemente no estaríamos ahora ante uno de los finales más emocionantes de la historia.

 

 

Hay que remontarse a 1974 para tener el único mundial en el que se llegó a la última carrera con los dos aspirantes empatados a puntos. En aquel momento fueron Emerson Fitipaldi y Clay Ragazzoni los elegidos, llevándose el gato al agua el brasileño. Aunque, para ver el desenlace más apretado, habría que avanzar diez años para encontrarse a Niki Lauda imponiendo su ley a Alain Prost por tan solo medio punto de diferencia, el mismo que Jacky Ickx le proporcionó al francés en Mónaco al birlarle el primer triunfo en el Principado a Senna.

Pero volvamos a Jeddah. Ni que decir tiene que el nuevo trazado de Hermann Tilke, el diseñador de cabecera de Bernie Ecclestone, y ahora de Liberty Media, nos ha gustado y es probablemente el mejor de todos cuantos ha firmado. Probablemente porque es quizás el único que realmente castiga los errores del piloto. Y ahí es precisamente donde Verstappen continuó con sus problemas el domingo. Los dos encontronazos con el heptacampeón en las curvas uno y dos, en la arrancada tras la primera roja por el accidente de Mick Schumacher, y en el del adelantamiento de la vuelta 37 dicen poco de sus credenciales para ser campeón del mundo. Los dos son errores que catalogan a un piloto cuando lucha por aquello que lleva en el subconsciente desde que nació. Es algo que va en el ADN del holandés, y que, de no cambiarlo, le generará muchos problemas para conseguir mundiales. Lo mismo que pasó en Monza, en Silverstone por mucho que otros piensen lo contrario, y por extraño que parezca lo mismo que este fin de semana podría darle el título si choca con el británico, ese “o paso yo o no pasa nadie”.

Siendo más grave la frenada que se marcó en la vuelta 37 cuando debía devolver la posición al piloto de Mercedes, para mí, esta es más entendible por la presión y frustración que podía tener el holandés en ese momento. Por si fuera poco, su espantada del podio tras recoger el trofeo, evitando así la foto con los compañeros de cajón, deja en aire su educación y su capacidad para aceptar las derrotas. Por cierto, espero que la gente de Stefano Domenicali y Ross Brawn se pongan a redactar nuevas normas para el año que viene porque lo de Jeddah no debería de repetirse. Sin duda deben dejar claro cómo se debe devolver una posición. Bastaría incluso con establecer que no se pueda usar el DRS tras la maniobra para que no entre en juego la picardía que vimos el domingo.

Por cierto, hablando de los muchachos de la FIA, lo de Michael Masi en Arabia Saudí fue para hacérselo mirar. La que organizó con la primera y absurda bandera roja, y el mercadeo que montó tras la segunda ofreciendo puestos a Red Bull en lugar de pasar la decisión a los comisarios deportivos no tiene precedentes. Y si realmente los ha habido, como él mismo declaró tras la carrera, afortunadamente no los habíamos escuchado. Espero que se miren muy mucho repetir en el futuro el mercado persa que nos hicieron vivir. Los comisarios están para algo en los circuitos, y aunque más de una vez hemos puesto en tela de juicio los méritos de algunos de ellos, lo cierto es que son los que deben decidir cómo se resuelven los problemas. No me extrañaría que la semana que viene, con el cambio de presidente en la FIA, se presenten currículos en el número uno de la Plaza de la Concordia de Paris para suplir al australiano en el caso de que gane Mohammed Bin Sulayen. Por cierto, ¿saben quién va en su candidatura para ejercer una de las vicepresidencias? pues Manuel Aviñó, presidente de la Real Federación Española de Automovilismo. Veremos quien sucede a Jean Todt el 17, pero antes sabremos quien es el nuevo campeón del mundo de Fórmula 1.

@luismanuelreyes

 

 

CLASIFICACION
1.-Lewis Hamilton (Mercedes) 50 - 2:06'15.118
2.-Max Verstappen (Red Bull/Honda) 50 - 2:06'26.943
3.-Valtteri Bottas (Mercedes) 50 - 2:06'42.649
4.-Esteban Ocon (Alpine/Renault) 50 - 2:06'42.751
5.-Daniel Ricciardo (McLaren/Mercedes) 50 - 2:06'55.239
6.-Pierre Gasly (AlphaTauri/Honda) 50 - 2:06'56.731
7.-Charles Leclerc (Ferrari) 50 - 2:06'59.593
8.-Carlos Sainz (Ferrari) 50 - 2:07'01.724
9.-Antonio Giovinazzi (Alfa Romeo/Ferrari) 50 - 2:07'13.623
10.-Lando Norris (McLaren/Mercedes) 50 - 2:07'16.476
11.-Lance Stroll (Aston Martin/Mercedes) 50 - 2:07'32.330
12.-Nicholas Latifi (Williams/Mercedes) 50 - 2:07'38.367
13.-Fernando Alonso (Alpine/Renault) 49 - 1 vuelta
14.-Yuki Tsunoda (AlphaTauri/Honda) 49 - 1 vuelta
15.-Kimi Räikkönen (Alfa Romeo/Ferrari) 49 - 1 vuelta

      RETIRADOS
      Sebastian Vettel (Aston Martin/Mercedes) 44
      Sergio Pérez (Red Bull/Honda) 14
      George Russell (Williams/Mercedes) 14
      Nikita Mazepin (Haas/Ferrari) 14
      Mick Schumacher (Haas/Ferrari) 8

Hagan juego señores, no va más