lunes. 09.12.2024

Si Alec Issigonis pudiera volver a diseñar hoy el Mini classic, el icónico coche tendría un motor eléctrico. Al fin y al cabo, el coche original lanzado en 1959 se creó durante una crisis del petróleo y se basó en la idea de ahorrar combustible y transportar a cuatro ocupantes y su equipaje en el menor espacio posible. Hoy, Mini sigue vinculado a los principios de su diseñador con su uso creativo del espacio y la diversión al volante. El proyecto “Mini Recharged” es una oportunidad para seguir contando la historia del Mini classic en el siglo XXI,  pero de forma sostenible.

La reconversión de los Mini classic a la propulsión eléctrica, combina valores tradicionales con la tecnología de futuro. La idea nació incluso antes de que el fabricante premium británico ofreciera un coche totalmente eléctrico como es el  Mini Electric (consumo eléctrico combinado: 17,6 - 15,2 kWh/100 km según WLTP; emisiones de CO2 combinadas: 0 g/km.). Como novedad, en 2018 se construyó un Mini Electric clásico que se presentó en el Salón del Automóvil de Nueva York. Las reacciones fueron tan positivas que un equipo especializado de la planta Mini en Oxford se puso a trabajar y desarrolló un plan para poder ofrecer lo mismo a los clientes que ya tuvieran un Mini clásico.

Para experimentar la tradicional sensación de “go kart feeling” con una transmisión sin emisiones, el motor de gasolina original del Mini classic se sustituye por un moderno motor eléctrico. En el marco de “Mini Recharged” sólo se realizan cambios reversibles en el fondo del vehículo durante la conversión. El manejo, totalmente cuidadoso, del patrimonio histórico es una parte importante e imprescindible dentro de este concepto. Esto hace posible que el Mini classic pueda volver a su estado original más adelante. Durante la conversión, el motor original de cada vehículo se marca y se almacena para poder reutilizarlo en caso de un futuro reequipamiento del coche.

El proyecto “Mini Recharged” permite prolongar la vida de un vehículo de forma sostenible. Un Mini clássic puede recibir una nueva vida, acompañando a su propietario al futuro y manteniendo al mismo tiempo su apasionante legado. El propulsor es un moderno motor eléctrico que genera una potencia de hasta 90 kW y acelera el Mini de 0 a 100 km/h en aproximadamente nueve segundos. La energía la suministra una batería de alto voltaje, que puede cargarse con una potencia de hasta 6,6 kW y tiene una autonomía de unos 160 kilómetros. Además, cada Mini classic eléctrico de Mini Recharged recibe el característico cuadro de instrumentos central, usado desde sus primeros tiempos, que ahora muestra la temperatura de conducción, la marcha seleccionada, la autonomía y la velocidad.

Los fans y dueños de los Mini classic obtienen una experiencia de conducción totalmente nueva: una transmisión silenciosa con aceleración instantánea y la posibilidad de entrar en las zonas de conducción eléctrica o de bajas emisiones de muchas grandes ciudades, que de otro modo serían inaccesibles con un motor de combustión. Por ejemplo, el Mini classic eléctrico puede circular por Oxford Street o Piccadilly Circus en Londres, y volver a formar parte del paisaje urbano, sin que el conductor tenga que pagar previamente un impuesto medioambiental. Además, la conversión del clásico en eléctrico no precisa una nueva matriculación.

Mini Recharged encaja perfectamente en la estrategia de futuro de la marca, que también incluye el aspecto de la economía circular. Para este proyecto, no se fabrican vehículos nuevos, sino que se crean a partir de coches ya existentes. Esto permite que un Mini clásico comience una segunda vida más sostenible. En la actualidad, uno de cada cinco modelos nuevos de Mini tiene una propulsión eléctrica y ahora el proyecto Mini Recharged permitirá que el amor por los vehículos clásicos de la marca se convierta en una experiencia que combine el pasado y el futuro.

 

El Mini Clásico se lanza a un futuro cargado y electrizante