El mercado de turismos de ocasión rompió en octubre cinco meses al alza, registrando una caída del 1,6%, hasta situarse en 208.254 unidades, según datos de Ideauto para la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (GANVAM). En lo que llevamos de año, las ventas de vehículos de segunda mano recortan su caída al 14,2%, superando ya los 1,5 millones de unidades.
Para la patronal de la distribución este cambio de tendencia lo marca, en buena medida, el impacto que la crisis del coronavirus está teniendo en las operaciones con usados procedentes de flotas de alquiladoras (rent a car), conocidos como buybacks (ya que al cabo de unos seis meses la marca tiene el acuerdo de recomprar esa flota para venderla en el mercado de ocasión).
Y es que, como consecuencia de la caída del turismo, las empresas de alquiler no están renovando flota -de hecho, las matriculaciones en este canal acumulan una caída del 60% hasta octubre- y, por tanto, existe un gran vacío en la oferta de usados seminuevos, que se traduce en una caída del 34% en las ventas de modelos de ocasión de menos de un año.
Los modelos de entre tres y cinco años, continúan al alza
Entrando a analizar los diferentes tramos de edad, los datos ponen de manifiesto que, a pesar de la ralentización registrada, los modelos de entre tres y cinco años continúan siendo los que más crecen. En concreto, sus ventas subieron un 17% en octubre, hasta alcanzar las 22.799 unidades, representando casi el 11% del mercado, frente al 9% del mismo mes del año pasado.
En términos relativos, le siguen los usados de más de 15 años que, aunque frenan su crecimiento con respecto a meses anteriores, marcaron una subida del 10% en octubre. De esta forma, representaron el 35,5% de las ventas, contabilizando un total de 73.993 unidades vendidas durante el pasado mes.
Según la directora de Comunicación de Ganvam, Tania Puche, “el impacto del coronavirus en el turismo ha provocado no solo una caída de las matriculaciones de vehículos de alquiler sino también un efecto arrastre en el mercado de ocasión, generando un estrechamiento de la oferta de seminuevos y provocando una subida de precio, que le hace además perder atractivo frente al nuevo”.
